miércoles, 2 de diciembre de 2009
brenda asnicar en brasil revista Caras
No demoraron en reconocerla, ni en admirar su belleza y simpatía. Desde el primer momento que Brenda Asnicar (18) se embarcó en el crucero que la llevó a recorrer las playas de Santos, Río de Janerio, Angra dos Reis y Buzios, muchos fueron los turistas europeos y latinos que de inmediato recordaron el rostro de Antonella, el personaje que la consagró en la comedia juvenil “Patito Feo”. Es que fue en la ficción producida por Ideas de Sur donde la actriz interpretó a la líder del grupo de “las divinas”, un trabajo que le valió el primer gran reconocimiento de su carrera y la sumó a un fenómeno musical sin fronteras. “Fue una experiencia maravillosa que me cambió la vida”, se sincera Brenda, sin titubeos y con una sonrisa plena, mientras disfruta de la inmejorable vista desde la cubierta del “Lirica”, la lujosa embarcación de MSC Cruceros de 60.000 toneladas, bautizado por la actriz Sophia Loren, y con capacidad para albergar a 2.069 personas, que la esperó en el puerto de Santos, Brasil, para iniciar un itinerario de playas y confesiones.
“Hace tiempo que no venía a Brasil, y la idea de regresar me pareció acertada porque me encanta viajar. Uno de los paseos que más disfruté fue recorrer Ilha Grande, en Angra dos Reis, donde también alquilamos un barco para visitar otras islas más pequeñas y llegar hasta una playa de aguas turquesa. Siempre elijo la playa, antes que la montaña o la nieve. Hasta me di el gusto de tomar una clase de surf”, dice la actriz. A su lado, Adriana (41), su joven madre, asiente cada palabra. “Mamá siempre me acompaña, y eso es algo que le agradezco profundamente porque el medio artístico puede ser muy complicado. No hay nada más sano que sea ella quien esté conmigo. Mientras otras se llevan asistentes para que les tengan el perro o la cartera, yo me llevo a mi mamá. Nada más sano que estar con los padres”, agrega con cierta picardía.
—¿Le contás todo a tu mamá?
—Sí, somos confidentes y amigas. Ella es productora de moda y además pinta, algo que también me gustó siendo muy chica. Me cuida, me conoce mejor que nadie, y me deja ser libre en todo. Cuando un chico me gusta o empiezo a salir con él, también le cuento.
Ahora la charla se interrumpe. El paisaje de Buzios recibe a la actriz para la producción fotográfica. El calor es abrasador, pero Brenda se dispone a posar como si fuera un juego que le encanta jugar. “Siento que tengo mucha energía y eso es algo que me reconocen mis amigos. ¿Cómo podés estar tan activa?, me dicen. Es que a mis 18 años convivo con dos grandes personalidades. Por un lado, muy adulta, cuando trabajo y asumo responsabilidades de adultos, y por el otro, cuando vivo mi vida y soy una adolescente más. Creo que a veces puedo tener la capacidad de decidir como una mujer de 30”, asegura.
De regreso al “Lirica”, Brenda hace un break en su suite con balcón privado, horas antes de disfrutar el exquisito menú del restaurante L’Ippocampo, con manjares mediterráneos e italianos, y de los tragos de cualquiera de los ocho bares temáticos del barco. Otra de las noches y para festejar sus 18 años, la actriz eligió el restaurante del puente 6, “Puccini”, donde la esperó una inmensa torta con crema y frutillas. Esa misma noche, la celebración continuó en la disco “The blue” al ritmo de clásicos latinos y del rock.
—¿Le gusta la fama?
—Sí, me encanta. Pero también ser famosa me hizo madurar antes de tiempo. No podría decirte que no afectó mi vida. Eso sí, nunca lo viví con angustia. Sí me sorprendió lo que generó “Patito Feo” en las adolescentes. Por ejemplo, cuando visitamos Italia, fuimos recibidos como estrellas de rock. Inclusive, en una encuesta de un diario italiano un 8 por ciento de las chicas quería ser como Hanna Montana y un 25 por ciento como Brenda Asnicar. Es espectacular y raro a la vez.
Ahora, la actriz dice que volvió a la vida anterior a los dos años con los que recorrió Latinoamerica y Europa con el elenco de “Patito Feo”. Que se concentró en terminar el quinto año que cursa en un colegio de San Isidro y retomó las clases de guitarra, canto y baile.
“Estuvo buenísimo tener un año sabático, porque venía trabajando mucho y a veces es importante parar, para seguir perfeccionándose”, agrega Brenda, cuyo currículum vitae devela su debut profesional en el programa “Cantaniño”, a los 11 años, y su paso por el ciclo “Chicos Argentinos”, luego. Hoy, la ex divina cuenta que ya realizó un trailer de una telenovela infantil llamada “Mía. Mi amiga invisible”, uno de sus proyectos para 2010. “Mientras tanto disfruto de mis amigos y de los fines de semana”, afirma.
—¿Entre tantos amigos no hay ningún novio?
—La verdad es que estoy muy bien sola y no tengo apuro en volver a estar de novia. Hace casi un año terminé una relación que duró un año y medio. Está bueno tomarse un tiempo para pensar sobre lo que pasó y por qué no funcionó. Si bien es cierto que en estos meses conocí gente, ninguno ha llegado a ser novio formal. Cuando estás tan expuesta, es mejor esperar para anunciar una relación de manera oficial. Eso sí, las ganas de enamorarme están siempre. Siento que el amor llegará cuando deba llegar.
—Imagino que debes tener muchos pretendientes.
—La verdad es que no se me acerca nadie. Una vez un amigo me dijo: “¿Y cómo hace un chico para encararte si no tiene auto y vive con sus padres”. No sé, creo que imaginan que tienen que tener muchas cosas para proponerme una salida y, la verdad, no es así. Lo que sí veo es que los hombres están más histéricos que las mujeres. (risas).
—Demos pistas, entonces ¿Qué cosas te seducen?
—Me gusta el hombre inteligente, con mente abierta y nada celoso. Y también el chico romántico, el que puede ser todo un caballero y atento con la mujer. Son cosas que me conquistan. Creo que lo fácil, lo que no nos hace pensar, ni crecer, no es bueno. Cada vez que empiezo una relación necesito que esa historia me haga crecer y enriquecer mi mente.
—¿Y no te animarías a encarar a un chico, en caso que te guste mucho?
—Pero no, ¡me muero de vergüenza si lo hago! Y eso que me pasó de gustarme mucho alguien y que no se diera cuenta. Es que soy más bien a la antigua, de seducir mediante una charla, una mirada. Puedo morirme de amor por alguien y nunca confesarlo si no es él quien me encara.
—Ahora que está tan en boga el tema de las botineras, queremos saber, ¿a vos te parecen atractivos los jugadores de fútbol, por ejemplo?
—La verdad es que no me importa el trabajo que tenga o el físico que pueda mostrar. Yo me fijo en su forma de ser, eso es lo que me fascina de una persona. Me han gustado chicos que no tenían una gran belleza, pero sí misterio, por ejemplo. Lo que sí creo es que hablar de botineras es tratar a la mujer como un objeto de deseo, y esa frivolidad me asusta. Me gusta verme linda, pero si eso es lo único que tengo para contar, lo considero un problema.
Por Karina López
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario