Después del éxito de Patito Feo, la ex “divina” suspendió todo para dedicarse a terminar el secundario. Aunque acaba de cumplir los 18, dice que se siente “más adulta” que los chicos de su edad y que, aunque le gusta verse sexy, no piensa mostrar su cuerpo: “Si estaban esperando que cumpliera 18 para verme con menos ropa, que se olviden”.
maaaaaaaaá… ¿Me atendés el teléfono?”. “Maaaaaaá... ¿Me queda bien esto?”. “Maaaaaá... ¿Viste qué lindo?”. “¡Maaaaá…!”. El mismo cantito, generalmente agudo, que suena y resuena en cualquier casa en la que habite una adolescente, retumba en la casa de los Asnicar. “Ma” lo escucha, siempre atenta, y sonríe. Merodea, custodia, supervisa. Contrariando cualquier esperada reacción rebelde, la chica en cuestión agradece y propicia la presencia materna. “Doy gracias a Dios que mis papás no me dejaran sola en este ambiente. Nunca dejaron de cuidarme”, reafirma Brenda Asnicar. Aminora la velocidad de las palabras que lanza, se pone seria, anuncia que el 2009 se lo reservó para “cerrar etapas, descansar y conectar con los afectos”. Y también, claro, para terminar el colegio secundario.
La “divina”, que conoció la fama con Patito Feo cuando apenas tenía quince, juega con el tono adulto, aunque apenas acaba de alcanzar la mayoría de edad. “Ah, pero yo no noto ningún cambio, eh. Llegaron los 18, como van a llegar los 30, los 40…”, analiza. “Los 18” llegaron el 17 de octubre –“un día peronista; ahora estoy leyendo ‘Los Mitos de la Historia Argentina 4’, de Felipe Pigna, tratando de entender algo de política”, comenta Brenda– y la encontraron fuera de la pantalla y de la vorágine mediática que tuvo con el boom de su personaje de Antonella, la mala y engreída en la tira de El Trece. “Este año lo único que hice fue grabar un trailer para Dori Media, de otra tira infantil, ‘Mía, mi amiga invisible’, que está buenísima y se presentó en el Festival de Cannes. Ojalá que el año que viene salga al aire. ¡Es un personaje divino! Nada que ver con Antonella”, dice ella, que también planea cursar Bellas Artes en el 2010.
Entre estudios, viajes y poco trabajo, Brenda ocupa su tiempo libre colaborando con la Fundación CUIDAR (Asociación para el Cuidado de Chicos con Diabetes en la Argentina). “Me llamaron para pedirme ayuda y ni lo dudé. Está bueno colaborar en estas cosas –explica–. Si tengo la posibilidad, participo en todos los eventos en que me necesitan”.
–¡Te volviste buena, Brenda!
–Debo confesar que hacer de mala me divirtió mucho, pero este nuevo personaje me encanta. Baila, canta, tiene capacidad para hacerte reír y llorar. Es bien diferente. Igual, tampoco sé si me queda mucho tiempo para hacer cosas para público infantil, porque ya tengo 18…
–Se dijo que ibas a sacar un disco. ¿Es así?
–No hay nada todavía. Tengo muchas letras –que escribo yo–, canto, estoy empezando a tocar la guitarra... Ojalá pueda hacer lo del disco más adelante. Muero por el pop.
–¿Apuntás hacia la música con tu carrera?
–Mirá: yo pienso que todos tenemos ambiciones. Si no, nos quedamos en el conformismo, y eso no está bueno. Siempre quiero un poco más. Cuando no trabajaba en televisión, quería trabajar; cuando llegué, quería ser conocida en todos lados; ahora que me conocen en Italia, quiero cantar. Los artistas, los cantantes, los actores, todos hacemos cosas para que nos miren. Somos así. El actor hace para que lo vean, no para quedarse encerrado en su casa.
–¿De chiquita también eras así?
–¡Peor! Súper coqueta, terrible. Usaba los zapatos de mi mamá, me maquillaba, me escondía para pintarme, porque mi papá no me dejaba.
–Una auténtica “divina”...
–Al extremo, pero sin maldad.
–¿Qué cosas te cambiaron a partir de Patito Feo? Por ejemplo, con respecto a los amigos.
–Nunca fui de tener muchos amigos. Tengo tres o cuatro de toda la vida, y son los que cuido, porque son de fierro. Había personas que, por mi trabajo, iban y venían, pero no me modifica mucho. Para mí lo más importante es la familia. Los amigos a veces van y vienen... Los novios... ¡hiper van e hiper vienen! Pero la familia está siempre. ¿Quién más que ellos, mi mamá, mi papá y mi hermano, va a querer algo bueno para mí?
–Estás mucho con tu mamá, Adriana. Ella te acompaña a todos lados.
–Sí, me da mucha seguridad tenerla cerca. Podría ir algunos lugares con amigas, pero prefiero que ella me acompañe. Por la confianza: puedo hablar de todo.
–Pero hay cosas que se hablan con las amigas, no con la mamá.
–Yo con mi mamá hablo todo, ¡te juro! Es feo lo que voy a decir, pero muchos adolescentes dicen: “Me quiero ir a vivir solo, no me banco más a mis viejos”. Y yo ni loca, nada que ver. Se hacen los rebeldes, ¿viste?
–¿Por qué tenés un discurso tan distinto al del resto de los adolescentes?
–Supongo que porque tengo otras responsabilidades. Son cosas que yo misma me impuse, porque tienen que ver con mi vocación. Si quiero llegar a algún lado el día de mañana, todo eso requiere esfuerzo. Hay que sacrificar cosas, gente, tiempo. Y estoy dispuesta a hacerlo. Tengo tres o cuatro amigos, mi familia, y punto. No tengo tiempo para mantener un novio ni nada, estoy perfecta así.
–Vamos, Brenda... ¿No salís con ningún chico?
–Te lo juro por Dios. Hace un año que estoy re free, desde que corté con mi ex novio, Andrés.
–¿Con la fama se te complicó conseguir novio?
–Es muy difícil. Voy a bailar y los chicos no se me acercan. Por ahí piensan que los voy a sacar volando. No sé. Y eso que a mí me encanta estar de novia. Soy romántica, sensible, enamoradiza… Eso sí: nunca podría tener una relación libre. Tiene que ser exclusivo.
–Por la forma de hablar que tenés, ¿te ves saliendo con alguien más grande que vos?
–No, porque mis costumbres son totalmente adolescentes. No puedo meterme en el mundo de un adulto, ni que un adulto se meta en el mío. No es compatible. Además nunca se me ocurrió mirar a un hombre de 30 años.
–De todas formas, estás en una edad complicada para compatibilizar esa imagen de niña y mujer sexy, ¿no?
–Seguro. Mucha gente capaz que estaba esperando que yo cumpliera 18 para ver si salía con menos ropa, más sexy… Pero no, ¡que se olviden! Hoy el mercado del espectáculo está focalizado en la exhibición del cuerpo de la mujer, y eso no me gusta. Me encanta salir divina en las fotos, obviamente, pero nada más. La mujer hoy se está exhibiendo como un objeto de deseo, se pone en ese lugar y no me divierte. Mostrar tanto me parece burdo. Nunca me van a ver así: me daría mucha vergüenza.
Por Gabriela Pepe. Fotos: Santiago Turienzo.
1 comentario:
¡Te felicito chica! Tienes el blog siempre muy actualizado e con información muy pronta.
¡Lo veo siempre y me encanta ¡ También me encanta Brenda, cómo tuve todo este suceso en dos años. Hove un momento en qué era totalmente fanática por ella, pero ahora no tanto…me parece qué la fama le subió a la cabeza y pienso que se ella quiere ter un MEGA futuro tiene que ser más humilde…
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