Muchos actores quieren tanto a sus personajes que terminan mimetizándose con ellos. Así parece haber sido el caso de Brenda Asnicar que se comprometió tanto con Antonella (la líder de las “Divinas” en “Patito feo”) que tomó algunos rasgos de su personalidad. Según deslizaron en los pasillos de Ideas del Sur, Brenda llegó a exigirle a Marcelo Tinelli $100.000 por mes para protagonizar “Consentidos”, la nueva tira adolescente de la productora. Ante semejante pedido, el empresario y conductor decidió cerrarle las puertas a la adolescente.
Pero parece que Asnicar no sólo quería llevarse el cachet más alto de uno de los grandes éxitos de la factoría Tinelli. Fuentes cercanas a la “Britney Spears” argentina contaron que estaba muy “ofendida” con el título elegido para la ficción porque no usaron el nombre de su papel protagónico para encabezar el programa.
En tanto, en su entorno laboral Tinelli reproó tanto la actitud de la actriz como de su propia producción que no supo prevenir la situación. Y es que si Asnicar hubiera firmado un contrato más allá del tiempo que durara “Patito feo”, los problemas no tendrían cabida. “Hay que hacer como hace Cris Morena, que a los chicos los contrata por cinco años y nadie hace quilombo por nada”, comentó Tinelli en las reuniones junto a su staff. Pero Brenda tampoco dio el brazo a torcer. Sus ínfulas de teenager devenida en diva le están jugando una mala pasada. “Por ahora Brenda no cerró nada con nadie”, contó a esta revista su representante quien, además, explicó que la relación entre su clienta e Ideas del Sur “estaba muy desgastada”.
Mientras tanto, la joven está terminando su último año del secundario, proyectando su viaje de egresados, viajando a Miami para diversos encuentros con la gente de Warner Music, para concretar finalmente su veta como cantante y disfrutando su viaje de vacaciones en Bariloche
Heroína ganadora. Brenda saltó a la fama con su personaje de “Antonella”, la “malvada” de la novela que le ponía piedras en el camino a “Patito”, la protagonista original. Pero tanta fue la empatía que tuvo con las televidentes que destellaban fanatismo, que la “divina” pasó a ocupar el podio. Sin embargo, los guionistas, preocupados por el viraje que había tomado la tira –es decir, que la villana se transformara en heroína– decidieron bajarle la cuota de crueldad y transformarla para el final del programa en cómplice de su anterior enemiga.
